Citas IV


Desde un punto de vista, la mente, el cuerpo y el mundo velan la presencia de la Presencia consciente, pero desde otro brillan con ella; al igual que una imagen en la pantalla puede ser vista o bien como velando la pantalla o mostrándola.

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La Realidad brilla como Presencia consciente en el Yo, y como Existencia en el mundo.

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Sólo un yo aparentemente interior conoce una persona, objeto, otro o mundo aparentemente exteriores, pero Yo, la luz del puro Conocer, solo me conozco a Mí mismo.

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Todo pertenece a todo; todos pertenecemos a todos.

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Nuestro Yo, la luz del puro Conocer, nunca encuentra, conoce o entra en contacto con otra cosa que no sea sí mismo. Ésta es la experiencia del amor y la belleza.

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Cuando el deseo se libera de la necesidad de producir felicidad para un yo no existente, se revela como un juego de energías que expresan, comparten y celebran la felicidad misma.

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El pensar, sentir y percibir están hechos de puro Conocer, pero el Conocer no está hecho de pensar, sentir o percibir

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No dejes que el pensamiento divida el amor entre el amante y el amado, el sentir entre el que siente y lo sentido, el ver entre el que ve y lo visto, el oír entre el que oye y lo oído, el tocar entre el que toca y lo tocado, el saborear entre el que saborea y lo saboreado, el oler entre el que huele y lo que huele, o el pensar entre el pensador y un pensamiento.

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Como el trasfondo que atestigua toda experiencia, nuestra naturaleza esencial de pura Presencia consciente está intrínsecamente libre de todo, como sustancia de toda experiencia, es íntimamente una con todo.

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Desde el punto de vista del pensamiento finito, todas las cosas son finitas. Desde el punto de vista de Mí mismo, Presencia consciente infinita, todas las cosas aparentes son infinitas.

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La felicidad y la entidad separada se excluyen mutuamente.

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El amor es la condición natural de toda la experiencia antes que el pensamiento la divida en múltiples y diversos de objetos, “yoes” y otros.

Transcripciones Encuentro Marzo 2015


Disponibles las transcripciones de los diálogos del encuentro con Rupert Spira celebrado en marzo de 2015 en Barcelona.

Se encuentran tanto en formato pdf idóneo para leerlo en el ordenador o imprimirlo y en formato epub más apropiado para leer en libros electrónicos, tabletas, teléfonos o también en el ordenador con el programa adecuado.

Para obtenerlos visitar la página "Descargas".


La memoria de nuestra eternidad


(Fragmento de una meditación de Rupert Spira en un retiro en California, Junio 2014)

Rupert Spira: Todos los seres aparentemente separados conservan dentro de sí la memoria de su propia eternidad. Esta memoria de nuestro propio e infinito Ser se expresa como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor.

Dondequiera que se encuentre una paloma mensajera, siempre puede encontrar su camino de regreso a casa. Ella se guía por la memoria que le indica en dónde está su hogar. Nada puede oscurecer esta memoria. Del mismo modo, ninguna experiencia tiene la capacidad de oscurecer la memoria de nuestro eterno e infinito Ser.

La búsqueda de nuestra felicidad es la fuerza gravitacional de nuestro Ser. El yo separado cree que su búsqueda de la felicidad es algo que él está llevando a cabo. ¡No es así! La búsqueda de la felicidad es sólo el yo aparentemente separado registrando la fuerza gravitacional desde las profundidades de su propio Ser. Esa energía - la fuerza gravitacional que todos sentimos como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor - es gracia.

La gracia no es una experiencia extraordinaria que sucede de vez en cuando en nuestras vidas. Es la fuerza constante de nuestro Ser más íntimo invitándonos a volver a sí mismo.

Esta fuerza gravitacional que reside en las profundidades de nuestro Ser es experimentada, por la mayoría de la gente, como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor. Es experimentada por un científico como el deseo por adquirir conocimiento y por un artista como el deseo por la belleza. Todas estas formas de deseo son la misma fuerza gravitacional apareciendo en diferentes ámbitos de la experiencia. Es la fuerza de la Consciencia infinita ejerciéndose a sí misma en la mente finita, haciendo que ésta se repliegue.

Tú no te estás resistiendo al pensamiento que resiste


Interlocutor: ¿No puede ser que la consciencia es la consciencia, y simplemente lo que cambia es mí o nuestra percepción de la consciencia? Que a veces estamos más abiertos a ella, a veces más cerrados; entonces esto implica, no que sea un pensamiento, sino que nuestra apertura a ella cambia, pero ella es inalterable, imperturbable.

Rupert Spira: Así lo que lo que dices es: "algunas veces estoy más o menos abierto a la presencia consciente". ¿A qué yo te refieres?... Ese "yo" que está más o menos abierto a la consciencia.

I: En ese caso, como mi verdadero yo es la consciencia, en este caso me estoy refiriendo a mi yo limitado en tanto que cuerpo-mente.

RS: ¿Estás diciendo que cuanto más activo esté tu cuerpo y tu mente, menos consciencia hay?

I: Menos experiencia de la consciencia, menos experiencia de la paz de la consciencia.

RS: Dices "menos experiencia de esta consciencia", como si la consciencia fuese algo que tú experimentas.

Ahora, está presente la consciencia. ¿Está totalmente abierta a lo que aparece en este momento?... ¿Está resistiendo a lo que aparece ahora?... La resistencia se aplica al pensamiento, no a ti. Tú, la consciencia, no te resistes, lo que resiste son los pensamientos, los sentimientos. Son los pensamientos los que dicen: “no, no, yo no quiero esto”. Pero tú eres aquél/aquello que es consciente de este pensamiento que resiste. Tú no te estás resistiendo al pensamiento que resiste. Tú dices “sí” al pensamiento que dice “no”.


I: Lo he de contemplar.

RS: El hecho de que hay algo que está apareciendo, quiere decir que la consciencia ya ha dicho “sí, eres bien acogido”. Cuando un cuerpo aparece en esta habitación es porque el espacio ha dicho “sí, eres bienvenido”. El espacio no puede resistirse. El espacio no conoce el significado de la palabra resistencia. La presencia consciente es así.