¿Es necesario practicar?


Interlocutor: Yo no estoy muy de acuerdo con todo lo que conlleve practicar. Lo he intentado y no soy de ello... ¿Es necesario seguir una práctica o no?

Rupert Spira: Hazte la pregunta ahora mismo: ¿es necesario hacer un esfuerzo para ser la presencia consciente, para ser la presencia de la consciencia?

No, porque es lo que ya eres.

I: Bueno, es porque lo soy. 

RS: ¿Eres consciente de tus pensamientos?

I: Sí, lo soy.

RS: ¿Dices que lo eres porque te lo he dicho o porque esa es tu experiencia?

I: Porque es mi experiencia.

RS: ¿Eres consciente del sonido de esta voz?

I: Sí.

RS: Es tu experiencia. Y ¿de la vista de esta habitación?... ¿del sonido del tráfico?... ¿del sonido del móvil?...

Así que es tu experiencia que eres aquello que es consciente de los pensamientos, las sensaciones y las percepciones.

Puede que yo lo ponga en palabras, pero no es por el hecho de que yo lo diga que tú eres consciente de esa consciencia consciente, sino porque es tu experiencia, ¿es cierto?... ¿Tienes que hacer esfuerzo alguno para ser eso?... ¿O has sido siempre aquél que es consciente de tu experiencia?...


Sea lo que sea; puede que hayas estado en paz, enfadado, agitado, lo que sea… pero siempre has sido aquél o aquello que era consciente de ello. Puede que olvides eso de vez en cuando, pero incluso cuando parece que lo olvidas, todavía sigues siendo aquél que es consciente de tu experiencia. 

¿Necesitas practicar para ser ése?... No, de hecho, necesitamos practicar para ser un yo separado. Hemos pasado la mayoría de nuestras vidas practicando el ser un yo separado, y es tan cansado. El yo separado requiere un mantenimiento, un cuidado constante; pero ser la presencia de la consciencia no. Un bebé recién nacido es la presencia de la consciencia, y es la cosa más fácil, más obvia y más natural que pueda haber. 

Lo más que podríamos hacer, si hubiera algo que tuviéramos que hacer, es simplemente darnos cuenta de que esto es cierto. Simplemente decir: “¡Oh! Sí, por supuesto, soy consiente de mis pensamientos, pero no estoy hecho de mis pensamientos” “Soy consciente de mi ira, pero yo, aquél que es consciente de la ira, no soy, en sí mismo, ira” “Soy consciente del dolor en mi espalda, pero no estoy constituido, hecho de una sensación corporal; el dolor va y viene, pero yo permanezco” Esa es la primera cosa: simplemente darse cuenta y, después, habituarse a vivir en tanto que eso. 

No es una práctica, es lo opuesto a una práctica. Es como introducirse en un baño caliente y relajante en una fría noche de invierno.

Es un alivio tan grande darse cuenta que somos esa presencia imperturbable, y que no tenemos que convertirnos o hacernos imperturbables, ya lo somos. Simplemente lo olvidamos de tanto en tanto. El yo separado es simplemente el olvidarse de nuestro propio Ser.

I: Durante el día, todos somos conscientes de nuestros propios pensamientos, todos somos conscientes, ¿no es cierto?

RS: Algunos de nosotros nos confundimos, nos tomamos por una amalgama de pensamientos, sentimientos y percepciones. Algunos de nosotros nos confundimos con un cuerpo y una mente.  Como resultado del olvido de nuestra verdadera naturaleza, sentimos: "yo estoy disgustado, yo estoy en cólera, yo no entiendo esto, me gusta esto, a mí no me gusta esto otro…”  Todos estos pensamientos, todos estos sentimientos, son el resultado de confundirnos, tomarnos por una amalgama, un racimo de pensamientos y sentimientos.

Lo que es interesante, cuando nos tomamos por un yo separado, es darnos cuenta que ese yo separado siempre tiene una misión, un propósito. ¿Qué es lo que el yo separado siempre está buscando?... Paz, felicidad y amor. En otras palabras, el yo separado siempre está anhelando ser disuelto, desaparecer. Siempre está anhelando volver al verdadero ser de la presencia consciente. 


(Pasaje del Encuentro de Febrero de 2012. Disponible en "Descargas")