No hay un yo separado real


Interlocutor: A veces cuando dices que te ves atrapado en el personaje, entonces, entras en las emociones negativas, y cuando te mueves en el espacio abierto te das cuenta de que no eres ni tus sentimientos ni tus pensamientos, pero te das cuenta siempre de que todavía eres seducido por la emoción. Allí hay una sabiduría, aunque sabes intelectualmente y racionalmente que no eres esa emoción, pero te sientes seducido, atraído por el personaje. ¿Cómo trabajas en esto?  

Rupert Spira: Empezaste diciendo algo así como: “me pierdo, soy absorbida por los pensamientos y los sentimientos”. ¿A qué yo te refieres, ese yo que se pierde? Está el yo de la consciencia -que es consciente de todo- y después están los pensamientos y los sentimientos. Y en medio de los dos, tú postulas otro yo que se ve absorbido por los pensamientos y los sentimientos. ¿Cuál es ese otro yo que estás sugiriendo, ese otro yo que se ve absorbido en los pensamientos y los sentimientos?

I: Hay una distinción, no es un yo es un mí.

RS: Vale, ¿cuál es ese mí que se ve perdido? Descríbemelo.

I: Sí, la experiencia es que siento la emoción de la ira, y estoy alimentando un pensamiento de ira y entonces intento observar bien. ¿Esto es un pensamiento o una emoción que viene y va? 

RS: Si tú dices: “yo me doy cuenta de un pensamiento o una emoción de ira”, ya estás observando el pensamiento o la emoción de ira. Así que no tienes, de repente, que empezar a observar el pensamiento y la emoción, el hecho de que seas consciente del pensamiento o la emoción de la ira quiere decir que ya eres consciente. 

Ahora bien, en medio de aquél que está consciente del pensamiento y la emoción, y el pensamiento y la emoción, en medio, ¿dónde está este yo separado que se ve absorto, arrastrado por los pensamientos y las emociones? ¿Puedes encontrar ese yo separado que se ve absorto, atrapado por los pensamientos y las emociones?  

I: Siente como que está separado, pero creo que no.  

RS: Hacia lo que voy, es intentar hacerte ver que no hay un yo separado que se vea atrapado por los pensamientos y las emociones: hay pensamientos y emociones. No hay un yo separado de verdad que esté teniendo esos pensamientos y esas emociones y, por tanto, no hay un yo separado que se vea atrapado por esos pensamientos y esas emociones. Hay un pensamiento y una emoción acerca de un tal yo separado, pero no hay un yo separado real. 

Es como imaginar que hay alguien en la habitación de al lado. Podemos pensar acerca de esa persona, podemos tener emociones acerca de esa persona, pero cuando vamos a la habitación de al lado encontramos que no está. En otras palabras, la persona en la habitación de al lado está hecha tan solo de nuestros pensamientos y emociones.

Así que ahora vuelve a tu experiencia: tan solo hay pensamientos y emociones y, tú, aquella que es consciente de ellos. 

Así que la creencia de que tú -aquella que es consciente de esos pensamientos y emociones- es idéntica a tus pensamientos y emociones, esta creencia, crea un yo ilusorio. Y ese yo ilusorio está en parte hecho de presencia consciente, y en parte hecho de pensamientos y de emociones. 

Y por ese motivo el yo separado siente: “yo soy un cuerpo-mente pero también soy consciente”. Y eso es lo que es el yo separado: “yo este cuerpo-mente que es consciente de mi experiencia”. 

Lo que hay que ver claramente es que ese yo, que aparentemente es capturado por los pensamientos y las emociones, no esta ahí. En tu experiencia, y al nivel desde el que estamos hablando, tan solo hay los pensamientos y las emociones y, tú, aquello que es consciente de ellos. 

Es como la pantalla más la película que se proyecta en ella. ¿La pantalla alguna vez se ve atrapada por la película? No. Tú, presencia consciente, nunca te ves atrapada en el drama de los pensamientos y las emociones. Tú los permites todos, tú eres consciente de todos, de la misma manera como la pantalla permite la película. Pero, tú, presencia consciente, jamás te pierdes en los pensamientos, de la misma manera como la pantalla jamás verdaderamente se pierde en la película. 

Entonces, ¿quién es aquél que se ve perdido en el drama de la película? Es uno de los personajes. Y, desde el punto de vista de ese personaje, hay un drama que es real; algunas veces es maravilloso y otras veces es horrible, y ese personaje se pierde completamente en el drama. Pero incluso cuando el personaje está perdido en la tragedia o sobrecogido por la tragedia, la pantalla -el único yo, el único ser que verdaderamente hay- jamás esta perdido ni sobrecogido. En otras palabras, es un yo ilusorio que se ve perdido, sobrecogido. 

Así que yo podría darle a ese yo ilusorio algo para que hiciera, pero no deseo descender tan abajo de la montaña. Más bien estoy intentando apuntar y darte a ver la no existencia de este personaje ilusorio, ese yo separado. 

(Pasaje extraído del Encuentro de Septiembre de 2012. Disponible en "Descargas”).